por Jorge López | Sep 30, 2015 | Neuropsicologia Clínica
En la entrada inicial con la que estrené este blog, representé la Enfermedad de Alzheimer (EA) como un iceberg. En la entrada de hoy, siguiendo con este símil, voy a explicar qué ocurre cuando el iceberg es pequeño pero visible. Te voy a hablar sobre Deterioro Cognitivo Leve (DCL). El concepto de DCL fue acuñado por Flicker, Berry y Reisberg (1991) pero popularizado en gran medida por Petersen y cols. (1999) a finales de los años noventa. La conceptualización inicial del DCL hace referencia a un estado intermedio y transicional, aunque no siempre, entre el envejecimiento normal y la demencia (véase Fig.1). Lejos de ser categorías bien delimitadas, con puntos claros de inicio y final (Albert et al., 2011), existen momentos de solapamiento y constituyen, en palabras del propio Petersen (Petersen et al., 2014), “zonas grises”. La descripción y caracterización de estas zonas supone todo un reto en la actualidad. El DCL se ha convertido en un modelo descriptivo para aquellas personas que si bien no cumplen criterios para el diagnóstico de demencia si tienen un alto riesgo futuro. Por tanto, el modelo hace referencia al envejecimiento patológico. Las personas que reciben el diagnóstico de DCL presentan una tasa mayor de conversión a demencia que aquellas personas con un funcionamiento cognitivo típico de su edad (Petersen et al., 1999). Los últimos criterios diagnósticos para el DCL son los siguientes (Albert et al., 2011): Queja subjetiva respecto a cambios en la cognición del afectado/a respecto a un nivel previo. Alteración objetivada en un dominio cognitivo o en varios. Actividades de la vida diaria preservadas manteniendo su independencia....
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